Tras el paso de la oración, y en cualquier momento para los católicos en general, se invita a rezar por las mañanas la oración de Laudes. Como signo, tratando de resumir, de ponerse de cara a Dios al comienzo de cada día.
Así lo dicen los Estatutos del Camino Neocatecumenal al señalar que:
Tras el paso de la Oración, se produce la «entrega del libro de la Liturgia de las Horas. Desde entonces comienzan el día con la oración individual de los Laudes y del Oficio de las Lecturas y aprenden a hacer un tiempo de oración silenciosa y la oración del corazón«.
Cómo rezar Laudes, origen de la Liturgia de las Horas y sugerencias
Es una pregunta frecuente: ¿cómo rezar Laudes? Y si bien los catequistas del Camino Neocatecumenal lo explican en su momento con todo lujo de detalles (y desde aquí animamos a todos a consultarles, si hay interés en rezar).
No obstante, no está de más incluir algo de información para ayudar a quien lo desee a familiarizarse con la Liturgia de las Horas.
Origen y significado de la Liturgia de las Horas
La Iglesia, a diferencia de lo que se suele creer, no está formada únicamente por Obispos y sacerdotes. La componen todos los hombres a los que Cristo ha hecho miembros de su Cuerpo, mediante el sacramento del bautismo.
Por eso mismo la oración de la Iglesia, la Liturgia de las Horas, no es únicamente algo que corresponda a sacerdotes y religiosos contemplativos. Pertenece a todo el Cuerpo de la Iglesia. Es el bautismo y no el orden sacerdotal o una profesión monástica, el origen de la misión del rezo diario.
A pesar de ello, los laicos abandonaron pronto estas oraciones al aparecer las lenguas vernáculas, y ser más difícil entender el latín. Los clérigos y monjes, que sí dominaban esta lengua, fueron los únicos en mantener la oración.
Los intentos de los diferentes Papas por recordar que la Liturgia de las Horas forma parte de la vocación del bautismo no han tenido mucha extensión. Ni siquiera el Vaticano II logró acabar con esa errónea interpretación.
Función de la Liturgia de las Horas. ¿Por qué rezar?
La Iglesia como Cuerpo, atribuye a cada uno de sus miembros una función concreta. Así, igual que el cuerpo humano tiene ojos, nariz, manos, pulmones o pies, todos ellos con su misión específica, también en la Iglesia ocurre de forma similar.
La familia es como un santuario doméstico. No sólo es bueno que la familia ore en común sino que además lo haga recitando algunas partes de la Liturgia de las Horas
La oración es una parte de la función o misión que todo cristiano tiene en la vida. Y no importa cómo o cuándo pueda rezar cada uno de los miembros de la Iglesia: sus formas diferentes de rezar la Liturgia de las Horas equivalen a las diferentes funciones de los órganos del cuerpo humano.
Precisamente por la importancia de cada parte del cuerpo, con sus diferentes formas o matices funcionales, igualmente la Iglesia recomienda a los laicos, donde quiera que se reúnan, que reciten el Oficio de la Iglesia.
Y también ocurre esto con la familia, que es como un santuario doméstico. No sólo es bueno que la familia ore en común sino que además lo haga recitando algunas partes de la Liturgia de las Horas. Por eso es tan importante rezar en familia, el Shema a diario y también los Laudes cada domingo.
Cómo rezar Laudes cada mañana.
Dentro de la Liturgia de las Horas, cobran especial importancia Laudes y Vísperas, muy por encima de las otras Horas. También en las oraciones de cada Hora hay mayor importancia de algunos elementos que la componen.
El comienzo de las Horas del Oficio llega con el versículo introductorio. Es una parte con función ambiental, preparando la plegaria, una forma de pedir ayuda al Señor para unir a toda su Iglesia. Dios abre los labios de quienes van a orar, es Cristo quien ayuda a la Comunidad en su oración para que sea una digna alabanza a Dios.
A continuación puede añadirse el salmo 94, invitación a la alabanza y a escuchar la palabra de Dios. Con el salmo, se pide que la oración de la Iglesia cumpla su verdadero cometido de diálogo con Dios, en alabanza y escuchando Su Voz en las lecturas.
Después, llega el Himno, una parte periférica de contenido popular. Esta parte tardó en ser incluida como parte del Oficio, y ha cambiado mucho con el paso del tiempo.
Después se proclaman los salmos y cánticos bíblicos, del antiguo o nuevo Testamento. Esta salmodia es el núcleo central del Oficio, por su importancia y también por su extensión.
Después se procede a realizar la lectura bíblica. A diferencia de otras celebraciones como la Eucaristía, en la Liturgia de las Horas la parte central no es tanto la lectura que corresponde sino los salmos. Pero no por ello esta lectura deja de ser parte esencial de la oración.
Se reviste este rezo de dos modalidades distintas de lecturas, la breve y la larga. La diferencia entre ambas, demás de la extensión, es el significado en la celebración.
Mientras la lectura breve tiene como función ayudar a destacar ciertas palabras de la Escritura a las que no se suele prestar atención, en los momentos en los que se trata de una lectura más larga, ésta convierte la Hora del Oficio en una celebración de la Palabra.
Por su importancia, la lectura larga sólo puede presentarse en Vísperas o Laudes, y no en Horas menores ni en Completas. Y sólo se proclama, en general, cuando no se reza el Oficio de lectura.
A continuación tiene lugar el responsorio breve, que trata de ayudar a que la palabra proclamada sea más íntima. Al igual que el Himno, el responsorio cumple una función ambiental y puede omitirse o sustituirse por la homilía o por unos minutos de oración en silencio.
Las preces tendrán lugar finalizada la salmodia, tanto en Laudes como en Vísperas. Consisten en peticiones de carácter comunitario, y no son oraciones a título individual. En la Hora de Laudes tienen un carácter muy especial: son peticiones para encomendar a Dios el nuevo día.
Se corona la celebración rezando el Padrenuestro, que es la oración central de los hijos de Dios. El resto de la celebración es una preparación para este punto. Las fuentes primitivas del cristianismo alude a tres momentos importantes del día en el que se reza: en la Hora de Laudes, en la Eucaristía, y en las Vísperas.
Seguidamente tiene lugar una oración final, como conclusión del Padrenuestro, y se concluye el Oficio. Esta conclusión varía según si el Oficio lo preside un obispo, presbítero o diácono, o si se reza en solitario o comunitariamente entre laicos. En éste último caso, no hay despedida ni bendición, ya que esto corresponde únicamente a los ministros, que son los encargados de convocar a la asamblea.
Tabla de los días litúrgicos
La celebración variará también según los diferentes días litúrgicos del año, que se pueden resumir según esta tabla:
– Triduo pascual de la Pasión y Resurrección del Señor.
– Natividad del Señor, Epifanía, Ascensión, Pentecostés. Domingos de Adviento, Cuaresma y Pascua. Miércoles de Ceniza.
– Ferias de Semana Santa, desde el Lunes santo al Jueves santo, inclusive. Días de la octava de Pascua.
– Solemnidades del Señor, de la Santísima Virgen y de los santos del Calendario general. Conmemoración de todos los fieles difuntos.
– Solemnidades propias, es decir:
1) Patrono principal del lugar, pueblo o ciudad.
2) Aniversario de la dedicación de la iglesia propia.
3) Título de la iglesia propia.
4) Título del fundador o del patrono de la orden o congregación.
– Fiestas del Señor inscritas en el Calendario general.
– Domingos del tiempo de Navidad y tiempo ordinario.
– Fiestas de la Santísima Virgen y de los santos (calendario general).
– Fiestas propias:
1) Del patrono principal de la diócesis.
2) Aniversario de la dedicación de la iglesia catedral.
3) Del patrono principal de la región, provincia o nación.
4) Del título, fundador, patrono de la orden o congregación.
5) Otras fiestas propias, o inscritas en el Calendario de cada orden, diócesis o congregación.
– Tiempo de Adviento, desde el 17 al 24 de diciembre, inclusive. La octava de Navidad y Cuaresma.
– Memorias obligatorias y memorias libres
– Adviento hasta el día 16 de diciembre inclusive. Tiempo de Navidad, desde el día 2 de enero hasta el sábado después de Epifanía. Ferias del tiempo pascual, desde el lunes después de la octava de Pascua hasta el sábado anterior a Pentecostés. Ferias del tiempo ordinario.
¿Qué pasa si coinciden varias celebraciones?
En caso de que el mismo día coincidan dos o más celebraciones especiales, se celebrará la que según el calendario ocupe un lugar superior. La que no se celebre impedida por otra preferente, se traslada a la fecha más cercana que no tenga, a su vez, otra celebración especial.
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